Cómo elaborar un presupuesto de sostenibilidad en 2025 con recursos limitados
Dentro de las estrategias ESG, la asignación del presupuesto de sostenibilidad en una organización implica gestionar las presiones de diferentes grupos o áreas. A la vez, es necesario trabajar para convencer a la Alta Dirección realizar un esfuerzo para satisfacer las expectativas de múltiples partes interesadas.
A ello se suma un desafío añadido: la disponibilidad de fondos. Son pocas las empresas que operan con una caja en la que el dinero nunca se agota. Incluso en organizaciones de elevada liquidez es poco probable que se contemple la opción de asignar un presupuesto de sostenibilidad ilimitado.
En la asignación de ese presupuesto suelen participar los directores del área financiera, representantes de la Alta Dirección, el equipo encargado de sostenibilidad, en algunos casos el oficial de Cumplimiento y, de forma eventual, otras partes interesadas como empleados o sindicatos. ¿Cómo satisfacer a tantas personas que no necesariamente buscan objetivos comunes?
Qué es un presupuesto de sostenibilidad
Asignar recursos tecnológicos, humanos o logísticos, que al final confluyen en el terreno financiero, es un factor determinante para el logro de objetivos de sostenibilidad. Eso es algo que nadie discute.
Sin embargo, la sostenibilidad se percibe desde diferentes enfoques según el área o nivel desde donde se aborde. Aunque es un tema que interesa de forma transversal, no suele existir unanimidad respecto a los criterios que deben considerarse al elaborar el presupuesto de sostenibilidad.
La inversión sostenible ofrece un retorno interesante y rápido. Sin embargo, esto parece no estar tan claro para todos los interesados o, simplemente, no se considera un factor de decisión relevante, en especial cuando los recursos son limitados.
De esta forma, el presupuesto de sostenibilidad es el documento que detalla el valor total requerido por el área encargada de trabajar para alcanzar los objetivos en un periodo determinado. En él se desglosan las partidas que se financiarán con ese dinero: tecnología, salarios, equipos, instalaciones, licencias, capacitación, etc.
Esta definición permite extraer dos conclusiones. La primera es que la asignación del presupuesto de sostenibilidad es una decisión estratégica para la organización. La segunda es que obtener la cifra adecuada requiere convencer a muchos interlocutores, particularmente en la Alta Dirección.
Cómo convencer a la Alta Dirección para que asigne el presupuesto de sostenibilidad requerido
La clave está en una argumentación sólida de la propuesta. Antes de presentarla a la Alta Dirección conviene revisar muy bien cada partida del presupuesto de sostenibilidad para no incurrir en el error de solicitar un valor más alto del requerido.
También es fundamental adaptar el mensaje a la audiencia. Las decisiones de la Alta Dirección no solo se basan en cifras, pero los argumentos financieros siempre son los más persuasivos: el ROI, la disminución de costes y el ahorro son expresiones que seducen al máximo órgano de gobierno de una empresa.
Partiendo de estas premisas, para obtener el presupuesto de sostenibilidad requerido es necesario seguir los siguientes pasos:
1. Resaltar los beneficios asociados a la buena gestión de sostenibilidad
La sostenibilidad mejora la productividad, disminuye el consumo de energía y de recursos naturales, promueve la eficiencia y genera ingresos asociados a la implementación de la economía circular.
No obstante, es preciso presentar a la Alta Dirección algo más que una lista de beneficios. Es preciso demostrarlo con cifras propias o de otras industrias similares, con informes certificados y auditados, con estadísticas y expectativas reales sobre el impacto financiero futuro de la gestión ESG.
2. Visibilizar los riesgos del incumplimiento y sus costes
La única consecuencia de no trabajar para alcanzar objetivos de sostenibilidad no es dejar de recibir los beneficios. No actuar también implica costes.
La primera consecuencia para las organizaciones, exceptuando a las microempresas que no cotizan en Bolsa, será la imposición de sanciones por obviar la presentación de informes de sostenibilidad corporativa según la Directiva CSRD.
Para las empresas que no trabajen en la neutralidad de carbono, los impuestos al carbono representarán una pesada carga financiera. Todo esto sin mencionar la erosión de la reputación, que impactará en el valor de las acciones o de la marca.
3. Comenzar con un avance a pequeña escala
Es más fácil obtener aprobación inicial presentando un presupuesto de sostenibilidad austero. Este se debe plantear como una prueba que busca demostrar con hechos reales el interesante ROI que propone la inversión ESG. Con el tiempo, los equipos de sostenibilidad pueden argumentar sus solicitudes con cifras ya cumplidas.
4. Involucrar a diferentes áreas y partes interesadas
Si el proyecto de presupuesto de sostenibilidad se presenta en conjunto con el director financiero, el director contable y un representante de los empleados, solo por citar a algunas de las partes interesadas, tendrá una mejor recepción en la Alta Dirección. Esto demostrará que los objetivos de sostenibilidad están alineados con los objetivos estratégicos de la organización en todos los niveles.
5. Presentar objetivos medibles y alcanzables a corto plazo
Los objetivos a corto plazo que se puedan evaluar, medir y comprobar resultan muy atractivos en cualquier proyecto. Uno que genera gran expectativa, por ejemplo, es el de la apuesta por la energía renovable. Es atractivo por la disminución de coste inmediata y por la rapidez con la que se obtiene el retorno de la inversión. Es, además, un valor que no requiere de grandes estudios o análisis.
6. Más que un proyecto, presentar un negocio
Es esencial evitar un tono filosófico o utópico. El tono de la exposición debería ser más comercial. Es preciso presentar una oportunidad para obtener rentabilidad, aumentar la base de consumidores, llegar a otros mercados, disminuir costes y aumentar la eficiencia.
Qué hacer si el presupuesto de sostenibilidad es limitado
Obtener un presupuesto de sostenibilidad limitado será la constante en la mayoría de las empresas. Por eso es importante que los líderes de sostenibilidad estén preparados para asumir ese desafío. Lejos de ser un obstáculo, puede convertirse en una oportunidad que se puede aprovechar adoptando estas buenas prácticas:
1. Priorizar los proyectos estratégicos
La sustitución de energías no renovables ofrece dividendos desde el primer día. Optimizar procesos para disminuir la generación de residuos o aprovecharlos para impulsar la economía circular son proyectos estratégicos que deben ser priorizados. Los resultados de estas iniciativas permitirán autofinanciar acciones que han quedado fuera del presupuesto de sostenibilidad.
2. Identificar objetivos inaplazables
Algunos objetivos no se pueden aplazar tan solo porque están asociados al cumplimiento de obligaciones. Obligaciones cuyo incumplimiento genera sanciones, multas o, incluso, cierre de operaciones no se pueden posponer.
3. Evaluar la relación coste beneficio
Si los fondos no son suficientes, una buena política es utilizarlos en lo que más beneficios entregue. La inversión en tecnología para optimizar y automatizar la presentación de informes ESG, por ejemplo, es un proyecto que entrega un beneficio muy alto en comparación con el valor de la inversión.
4. Comenzar con un programa de prueba
Un programa piloto permite identificar estrategias productivas en poco tiempo y a bajo coste. Además de establecer qué es productivo en poco tiempo, un programa de prueba satisface las expectativas de la Alta Dirección, que puede tomar una decisión informada con la certeza de que el proyecto se ha probado a pequeña escala y ha dado resultados.
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